TRIÁNGULO DEL AMOR
El amor es uno de los sentimientos más profundos e intensos que puede experimentar el ser humano. Existen muchos tipos de amor: amor romántico, amor paterno-filial, amor fraternal… Esto es así porque varían los componentes que los constituyen (por ejemplo, el componente sexual no se encuentra en el amor paterno-filial).
Uno de los tipos de amor que más llama la atención siempre y conlleva un análisis profundo en cuanto a las características que lo pueden componer, es el amor que podemos sentir por la pareja (o posible futura pareja). Entendiendo que la pareja en si es un convencionalismo social (no todo el mundo que se ama vive en pareja), sí hemos de incidir en la necesidad de que exista un equilibrio en los componentes que lo conforman para que podamos hablar de un amor sano.
Como sabemos, existen algunos valores innatos en toda relación sana que han de existir para poder hablar de que, dentro de que puedan existir dificultades, esta relación no es tóxica ni maltratante para ninguno de sus miembros. A mí me gusta poner siempre la metáfora del edificio. Si existen unos pilares férreos, este edificio será fuerte. Estos pilares han de ser siempre el respeto, el cariño, la libertad de los miembros, la sinceridad…. Y esto ha de ser así siempre, independientemente del tipo de relación que tengamos.
Ahora. Hablábamos de que existen diferentes tipos de amor según sus componentes La teoría más aceptada y difundida acerca del amor habla de tres:
Pasión + Intimidad + Compromiso.
- Pasíon: El deseo sexual o romántico. Es de gran intensidad y suele estar acompañado de esa tendencia a buscar la unión física y emocional con el otro. Es eso que nos engancha desde lo más físico, lo más animal. Lo más emocional y automático.
- Intimidad: Tiene que ver con conocer al otro, lo que lo conforma como persona, lo que hace, lo que siente. Sentir confianza mutua, cercanía emocional, entendimiento, preocupación por el bienestar de la otra persona. Este componente nos lleva a querer compartir nuestro mundo interior con la otra persona y sentir felicidad al experimentarlo y vivir esa reciprocidad.
- Compromiso: De aquí nace la voluntad para mantener y desarrollar el vínculo. Proyecto común de futuro. Este componente tiene que ver con la responsabilidad que existe en una relación hacia la otra persona. El interés de estar para el otro y superar juntos las adversidades. Depende de la pareja, incluiremos también la fidelidad, o no.
- Cariño: Existe intimidad entre las personas, pero no existe pasión ni compromiso. Aquí podemos encontrar las relaciones de amistad, que por lo general perduran en el tiempo debido al alto componente de intimidad existente.
- Encaprichamiento: Únicamente existe pasión, ese “chute” de adrenalina al conocer a la otra persona, típico amor a primera vista, amor de verano… Este es un componente muy fuerte al inicio de las relaciones pero que si no existe compromiso o intimidad, no durará en el tiempo. Son relaciones intensas, pero no profundas.
- Amor vacío: Son relaciones en las que ya no existe pasión o intimidad, y permanencen juntas únicamente por el compromiso que un día adquirieron con el otro. Puede ocurrirles a parejas que llevan mucho tiempo y que si no cuidan la relación, que mantienen exclusivamente por este componente, perdiendo la felicidad que desarrollaron juntos en un inicio.
- Amor romántico: Pasión + Intimidad. No existe compromiso, tiene que ver con esa fase romántica que nos venden las películas y novelas. Suele durar las primeras fases de la relación. Este tipo de amor puede desaparecer en el momento en que aparecen dificultades, si no se ha desarrollado un amor más profundo y comprometido.
- Amor de compañía: Intimidad + Compromiso. No existe pasión. Uno disfruta de la compañía del otro, se mantiene el vínculo pero se ha perdido el deseo sexual o romántico. Es un amor más típico de amistades muy íntimas e intensas, o parejas maduras en edad.
- Amor fatuo:Pasión + Compromiso. No existe intimidad. El deseo de mantener el vínculo nace del deseo sexual o romántico, pero no de una profundidad íntima del conocimiento del otro o compartir el mundo interior. Podemos encontrarnos aquí a personas inseguras o codependientes, donde se vinculan al otro anclando un compromiso en la pareja antes de que exista realmente intimidad y compatibilidad de caracteres.
Realmente ninguna relación será nunca “perfecta”, existen altibajos, momentos y etapas. No obstante, es importante tener en cuenta qué priorizamos en la pareja, cómo la construimos y a qué le damos importancia. Siempre, como dije antes, desde el respeto y la libertad para conmigo mismo y con el otro.
En ocasiones las relaciones afectivas pueden causarnos mucho dolor. Si es tu caso, no dudes en contactar conmigo. Puedo ayudarte.
¡Espero que os haya gustado!
