Cuando conocemos a alguien por primera vez, entran en juego diferentes variables que juegan un papel muy importante en la relación que establecemos con esa persona. Las expectativas y creencias que poseemos sobre el amor y las relaciones, nuestros estilos de apego, nuestras heridas internas y autoestima, etc.
Como se sabe por la literatura científica y la práctica clínica del día a día, existen características personales de uno y otro que harán que seamos más sensibles a la hora de quedarnos “enganchados” a alguien o no. Además de esto, existe un fenómeno de la propia relación que fomentará esta dependencia. Esto ocurre cuando una de las personas presta atención de manera irregular a la otra, facilitándole ese cariño solo a ratos. Esto se llama, según las leyes de aprendizaje, refuerzo intermitente.
🔹 ¿Qué es el refuerzo intermitente? 🔹
El refuerzo intermitente es, en síntesis, cuando lo que nos genera satisfacción aparece en ocasiones sí, en ocasiones no.
Ocurre exactamente lo mismo que en las máquinas tragaperras: si le doy a un botón, consigo un premio. Si esto ocurre muchas veces aprendo que dándole al botón, consigo el premio. Cuando el premio no sale, seguiré dándole al botón esperando que salga. Y si a veces sale y a veces no, gastaré mi energía dándole múltiples veces para recibir mi ansiado premio y esperaré que vuelva a salir.
¿Por qué ocurre esto? Porque muchos reforzadores activan nuestro sistema de recompensa en el cerebro. Este circuito de recompensa (o de placer) es propio de los mamíferos y se genera en el sistema más emocional de nuestro cerebro y nos proporciona la motivación necesaria para llevar a cabo una serie de acciones, puesto que aprendemos que tras estas acciones, sentimos ese chute de placer y bienestar.
Cuando la otra persona me contesta un mensaje después de haber estado días esperándolo, me siento más calmado/a e incluso me sale una sonrisa. Este placer está relacionado con neurotransmisores que se segregan en ese momento, como la dopamina, la noradrenalina o la oxitocina.
¿Qué tiene que ver esto con el refuerzo intermitente?
El refuerzo intermitente ocurre cuando conoces a alguien y te trata bien, te diviertes, te dice cosas bonitas, te contesta a mensajes… Y de repente a veces lo hace y a veces no. Esto va directamente a nuestro sistema de recompensa del cerebro y (como las drogas u otras conductas adictivas como las compras, internet o el juego) el chute de neurotransmisores que recibimos cuando conseguimos lo que deseamos, nos engancha a querer seguir recibiendo más.
¿Qué ocurre entonces? Aunque sepas que a veces esta persona no te hace caso o incluso puede llegar a tratarte mal o no atender a lo que tú necesitas, neurobiológicamente hablando sigues esperando ese reforzador.
Podemos incluso generar esas sensaciones fisiológicas, cogitivas, emocionales y conductuales propias de la abstinencia a las sustancias. Estarás más pendiente del móvil esperando respuesta, sentirás emociones como ansiedad o frustración, buscarás la manera de llamar su atención… Y esto, cada vez creará más enganche si la otra persona sigue volviendo a ratos sí, a ratos no. Cuando la persona te contesta, tu ansiedad se calma, vuelves a recuperar la satisfacción y motivación en esa relación inminente y puedes llegar a justificar los momentos en que la otra persona no te presta atención.
Es complicado salir de este tipo de relaciones, pues no son genuinas sino interesadas desde la otra parte.
Si sientes que te encuentras enganchado o enganchada a una relación de este tipo, no dudes en consultarme.
Puedo acompañarte.
Sofía Reguillos
