Decía Ortega y Gasset que no vemos el mundo como es, sino como somos nosotros. Esto hace referencia a que un suceso puede ser visto desde diferentes puntos de vista, dependiendo de cada persona.
Nuestras experiencias, la educación, los modelos que recibimos, nuestra infancia… Generan el caldo de cultivo para desarrollar nuestra forma de pensar, nuestras creencias y esquemas sobre el mundo, sobre nosotros mismos y sobre los demás.
¿Qué son las Distorsiones cognitivas?
Podemos referirnos a ellas como esquemas e interpretaciones de pensamiento que tenemos sin darnos cuenta, a partir de los cuales percibimos lo que ocurre en el día a día. Cuando un suceso ocurre, nuestro cerebro lo percibe y casi a la vez lo interpreta de una manera automática, en ocasiones sin apenas darnos cuenta. Eso facilita mucho nuestra supervivencia, pues podemos hacer interpretaciones rápidamente de nuestro alrededor y lo que nos va ocurriendo en el día, sin gastar a penas tiempo y recursos cognitivos.
No obstante, esto también supone un problema, pues no todas las interpretaciones que realizamos corresponden de manera fiel a la realidad, y esto puede acarrearnos malestar y sufrimiento al no ser capaces de ver otras posibles explicaciones u opciones.
Aquí os pongo algunos ejemplos de estas distorsiones cognitivas :
Todo o nada: es el pensamiento dicotómico, tender a percibir los elementos de la realidad como blanco/negro, sin identificar los términos medios.
Ej: Si no me sale como yo quería, es un fracaso.
Sobregeneralizar: basándome en un porcentaje de ocurrencia, tiendo a percibir que es la tendencia habitual de algo aunque no sea así.
Ej: siempre pasa lo mismo
Minimizar: no dar importancia a diferentes hechos, no ser capaz de reconocer su valor. En lo externo o en lo que tiene que ver con mis capacidades, logros, etc.
Ej: No es para tanto
Interpretar el pensamiento: tendencia a atribuir causa o intencionalidad a las acciones del otro, sin dar cabida a que puedan existir más posibilidades.
EJ: Seguro que lo ha hecho para molestarle
Adivinar el futuro: proyectando miedos, deseos etc, consideramos que es cierta nuestra creencia de lo que ocurrirá en el futuro, sin dar lugar a cuestionarlo.
EJ: Sé que va a pasar esto
Personalizar: creemos que lo que ocurre o cómo han actuado las otras personas tiene que ver con nosotros, irremediablemente. No consideramos otras posibles causas o interpretaciones.
EJ: Esto ha sido por mi culpa, no hay otra explicación
Pensamiento catastrofista: Dentro de todas las posibilidades que pudieran existir, tendemos a centrarnos y dar por válida solamente la opción más drástica dentro del peor escenario posible.
EJ: Va a ser horrible, siempre me pongo en lo peor
¿Cómo nos generan malestar? En ocasiones, las maneras rígidas de interpretar lo ocurrido nos pueden generar mucho malestar, a nosotros/as y a otras personas, dando lugar a conflictos y malos entendidos que se podrían evitar. Además, si tiendo a pensar por ejemplo en términos dicotómicos, me generará mucho malestar observar que alguien no está de acuerdo conmigo en algo pues enseguida percibiré su argumento como una amenaza, o si saco un 7 en un examen sentiré que no soy válida al no haber sacado un sobresaliente, sin dar lugar a valorar objetivamente el esfuerzo y la dificultad de la prueba.
¿Te suena alguna? En realidad hay muchas más distorsiones cognitivas, y me atrevería a decir que a todos/as nos pasa en nuestro día a día. La cuestión es ser capaces de identificarlas, y reevaluar lo que pensamos, pararnos a observar si tiene que ver realmente con algo objetivo o podemos estar mirando lo ocurrido de una forma más subjetiva y bajo estos esquemas. ¿no crees?
La psicoterapia nos ayuda a poner a prueba estos pensamientos, y ser capaces de flexibilizar estos esquemas.
¡Te leo!
