Una de las experiencias más desafiantes en la vida de cualquier persona es enfrentar una ruptura sentimental. El final de una relación puede dejar cicatrices profundas en nuestra autoestima y sacudir nuestra identidad.
Una ruptura con mi pareja supone no solo el final de la relación, sino el duelo de la parte de mi que se sentía a gusto en dicha relación y lo más doloroso, supone decir adiós a la expectativa que yo me había hecho sobre lo que iba a ser mi vida con esa relación.
Lo que no podría haber sido y no fue es de lo que más nos cuesta despegarnos.
Me encuentro frecuentemente tanto en mi vida personal como en consulta, experiencias en las que tras una ruptura, nos quedamos exhaustos sin saber hacia dónde dirigir nuestros pasos. Es normal, necesitamos ese tiempo de baja energía, de tristeza y de reflexión para recomponernos. No obstante, es importante no quedarnos anclados en este bucle.
A veces, incluso, podemos identificar la temida dependencia emocional, donde uno de sus signos inequívocos es sentirnos abandonadas hasta tal punto, que creemos que no podemos rehacer nuestra vida sin la otra persona. Como si la única opción de sentirme válida y suficiente fuera que la otra persona se arrepintiese y retomase la relación.
Esto puede hacernos mucho daño y es necesario salir de este bucle dañino para recuperar quienes somos.
Por ello, te dejo en este artículo varios aspectos importantes para que puedas cuidarte si estrás atravesando un proceso de duelo por una ruptura sentimental.
Una ruptura, aunque dolorosa, puede suponer un momento de introspección que te ayude a reencontrarte, y puede convertirse en un trampolín para el crecimiento personal y el redescubrimiento de quién eres realmente y qué quieres construir en tu camino a partir de ahora.
- Permítete Sanar: No te apresures en el proceso de recuperación. Aceptar y procesar tus emociones es el primer paso. No hay un cronograma específico para superar una ruptura; cada persona es diferente. Si necesitas estar triste, abraza esa tristeza y no huyas de ella. Habrá días más soleados y días más nublados, no pasa nada. Es algo totalmente normal.
- Autocuidado: Dedica tiempo a cuidar de ti misma. Come de manera saludable, haz ejercicio y duerme lo suficiente. Cuida de tu bienestar físico. Camina fuera de casa, busca el sol, conecta con la naturaleza. Bríndate espacios de calma y relax en el día a día, y cuida tu bienestar emocional y social. Habla con amigos, familiares, déjate abrazar (física y metafóricamente).
- Terapia: Buscar la ayuda de una psicóloga especializada puede ser de gran ayuda en el proceso de recuperación. La terapia puede proporcionarte herramientas para lidiar con el dolor y la pérdida y reconstruir quién eres más allá de esa relación.
- Reconstruye tu Identidad: Usa esta oportunidad para redescubrir quién eres. ¿Cuáles son tus pasiones, sueños y metas personales? Vuelve a conectarte contigo mismo. Si escogieras tres valores o cualidades que te identifican como personas, ¿Cuáles serían? ¿Qué puedes hacer para potenciar estos aspectos en tu día a día? Reubícate en el presente. No en lo que podría haber sido, sino en lo que es ahora. ¿Qué quieres que forme parte de tu vida a partir de ahora?
- Reconstruye tu Autoestima: Haz una lista de tus logros y cualidades. Enfócate en tus fortalezas y habilidades. A veces nos quedamos ancladas en bucles de recriminación y autocastigo, y esto no nos ayuda. Agradécete y valórate todo lo que estás consiguiendo en tu vida, en tu día a día. Potencia aquello que te gusta de ti. Plantéate pequeños retos. Rodéate de personas que te apoyen y te valoren.
- Mantén Distancia: Trata de mantener cierta distancia de tu expareja, al menos hasta que hayas sanado y puedas enfrentar la amistad sin resentimientos. En muchas ocasiones el contacto 0 es más que necesario.
- Aprende de la Experiencia: Reflexiona sobre lo que has aprendido de la relación y la ruptura. A veces no tenemos que buscar un aprendizaje en si, pero sí podemos encontrar detalles que no queremos repetir, o identificamos patrones que necesitamos sanar.
Ahora tienes la oportunidad de centrarte en ti.
Sabemos que no es fácil. No obstante, una ruptura no marca el fin de tu vida, sino el comienzo de un nuevo capítulo. Puede ser una oportunidad para fortalecer tu autoestima, redefinir tu identidad y construir un futuro más sólido construyendo lo que tú quieras construir en tu camino. La recuperación lleva tiempo, pero con apoyo, autocompasión y trabajo personal, puedes volver a florecer.
Si quieres iniciar un proceso terapéutico que te ayude en este proceso, contacta con nosotras.
Estaremos encantadas de acompañarte.
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