El miedo, como toda emoción, es adaptativa. Nos ayuda a manejarnos en el medio en el que vivimos (la mayoría de las veces).
Cuando experimentamos una experiencia traumática, saltan nuestras alarmas. De repente la sensación de seguridad desaparece y todo es potencialmente peligroso. El miedo, en este caso, nos ayuda a sobrevivir.
El problema viene cuando magnificamos el miedo y esa alarma se generaliza a elementos que en realidad no son peligrosos para nosotros/as.
Para poder diferenciarlo, será importante parar, sopesar pros y contras, hablarlo con otra persona y mirarlo con objetividad. ¿Qué puedo perder si lo intento? ¿Qué puedo ganar?
Plantéate pequeños pasos. No te subas al piso 10 de golpe. Puedes intentar subir al primer piso . Al final, la manera de superar y abrazar el miedo es hacernos su amigo y avanzar con (pese a) él.
❇️ Y tú, ¿cómo abrazas tu miedo? ❇️